Après ski: la 'otra' cita en pistas

¿Las escapadas a la nieve son sólo para quienes llevan una máscara de ventisca? Negativo. El après ski puede convertirse en un auténtico placer para snow lovers y sus acompañantes. Hoteles que invitan a acurrucarse junto a una chimenea, saborear en restaurantes la rica cocina de montaña o tomarse una copa a dos mil metros de altitud. Sitios de los que no querrás salir y en los que tú única preocupación será mirar a las sierras escarpadas.

Una arquitectura de madera y pizarra que muestra respeto a la montaña nos da la bienvenida al Lodge Ski & Spa de Sierra Nevada (Granada). En el interior, mantas de piel, pósters vintage, salones que invitan a la lectura… El británico Adrew Martin, famoso por realizar sets en películas de James Bond, firma el rediseño de este alojamiento donde se ha apostado por un estilo puramente nórdico.

Dos años después de que un incendio lo arrasase, el Lodge reabre pudiendo reservarse por estancias, por pisos o incluso en su totalidad para eventos privados. Sus 20 habitaciones lucen techos altos cruzados de vigas, suelos de roble aceitado y amplios ventanales asomados a la imponente Montaña del Sol, tal y como era conocida la sierra granadina en época árabe.

Como un pequeño centinela de sólo 42 habitaciones con rústica combinación de piedra y madera se erige majestuoso a 2.100 metros de altura el Grau Roig Hotel & Spa, muy cerca de los espectaculares lagos glaciares de Pessons (Andorra). En invierno, un santuario sobre el manto nevado para quienes van a esquiar a la estación de Grandvalira ya que se encuentra a pie de pistas desde hace cuarenta años. Sus gruesos muros albergaron en los 70 un refugio de montaña que más tarde pasaría a reconvertirse en un hotel que ha ido renovándose poco a poco, pero sin perder su esencia.

Galardonado como el mejor Ski Boutique Hotel de Andorra 2015, en su interior, la cálida decoración con materiales nobles, el ligero crepitar de los leños en la chimenea y la amabilidad del personal hacen que te sientas como en casa. No menos cuidada es la sabrosa cocina que se sirve en sus tres restaurantes pensados cada uno para satisfacer las distintas necesidades de los clientes.

La gastronomía también es la protagonista en pistas. El abrupto Valle de Benasque, en pleno corazón de los Pirineos, se transforma en capital de la mejor restauración ribagorzana durante el snowcooking que se celebra en la estación de Cerler (Huesca). La propuesta ofrece un espectacular atardecer a los pies del monumental Aneto, degustar una cena de altura en el restaurante Cota Dosmil y bajar esquiando hasta la base de la estación alumbrados con el fuego de sus antorchas.

Llegar hasta el restaurante La Glera, en la estación de Formigal-Panticosa (Huesca), es ya una experiencia en sí misma: arrastrados por una máquina pisapistas, los esquiadores acceden hasta un paraje único y, en el descenso, encuentran la pequeña cabaña donde reponer fuerzas a la luz de la lumbre. Sencillamente idílico.

A la ruta culinaria hay que añadirle los refugios para sibaritas donde resulta fascinante descorchar botellas de champagne rodeados de un circo de cumbres. En la estación de esquí de Astún (Huesca) está el Henri Abelé Gourmet Lounge que propone, entre otros, un maridaje del espumoso francés que da nombre al local con tapas gourmet de croquetas y rollitos de langostinos.

Si eres más de Moët & Chandon en Baqueira Beret (Lleida) tienes el Moët Winter Lounge. Tras el éxito de las cuatro temporadas anteriores acaban de ampliar su terraza para aquellos que, entre remonte y remonte, quieran tomar un aperitivo a 1.850 metros. Muy cerca está la cabañita de madera del Cinco Jotas Grill Baqueira donde te conquistarán sus carnes a la brasa. Ya en Sierra Nevada (Granada), la Clicquot Nevada Terrace es un referente donde tomar una copa de la maison francesa aún con las botas puestas, disfrutar de un picoteo o de un DJ pinchando buena música.

Si algo caracteriza a Formigal es su gran ambiente, sobre todo, el de après ski. Un local que se ha convertido en un referente entre los jóvenes es Marchica, en la zona de Sextas. A las 8 de la mañana empieza siendo un servicio de cafetería, pero desde las 15 hasta las 21.30 horas se transforma en una discoteca a la que van los mejores DJ del momento, grupos y se organizan fiestas temáticas.